Verde, azul, amarillo, ocre, negro… este es el luminoso contraste multicolor con el que La Palma, la más noroccidental de las Canarias, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, recibe a sus visitantes.
Isla verde, isla bonita o isla de las estrellas, su extraordinario entorno natural sorprende y cautiva al descubrir un paisaje húmedo y fresco, en la vertiente este, bañado por los vientos alisios, y otro, más cálido, en la vertiente oeste, con un equilibrio virgen en el que los cambios se producen al cruzar el túnel de la Cumbre.
Con una superficie de 706 km² y una población de 86.000 habitantes distribuida en 14 municipios, La Palma alberga el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y 19 espacios naturales protegidos (el 35% de su superficie), donde El Roque de los Muchachos, con 2.426 m. de altura, resulta asombroso debido al reducido perímetro insular y a que gracias a sus especiales condiciones naturales se ha convertido en uno de los más destacados lugares del mundo para la observación astronómica.
La isla emergió del Atlántico hace dos millones de años, formando una cordillera central con forma de bastón que la surca norte a sur. Su origen volcánico, con rincones aún calientes en la zona sur, conviven con el verdor de sus montes y la abundancia de agua. La Palma es, de hecho, la única isla de Canarias que tiene arroyos. Sus laderas están cubiertas por densos bosques de laurisilva y pinares, y sus cumbres rezuman ejemplares de pinos, retamas y codesares. Estos son algunos de los atractivos que han llevado a la UNESCO a declararla en su totalidad Reserva Mundial de la Biosfera, con una red de senderos de más de mil kilómetros señalizados con la normativa europea.
Símbolo de tranquilidad y armonía, La Palma hace gala de atractivos como el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, cuya depresión, surcada por sinuosos barrancos, ofrece al visitante la experiencia de contemplar un paisaje con una entidad única. Y es que La Palma es descubrir un auténtico paraíso para los amantes de la aventura, un fantástico destino con un sin fin de posibilidades para disfrutar de la naturaleza y el mar. Costas acantiladas, bosques subtropicales, extraños paisajes de lava, luminosos bosques de pinos e imponentes montañas se agrupan en una enorme variedad de paisajes. Los corales negros que cubren arcos de lava y su ramificado sistema de cuevas, con las más diversas especies, componen también su atractivo paisaje submarino, pues tan variada como su naturaleza es igualmente su oferta de ocio activo. Senderismo, ciclismo, equitación, vuelo en parapente… En La Palma todo es posible.
El Clima en La Palma
La Palma se caracteriza por gozar de un clima suave la mayor parte del año. La sorprendente variedad climática que encontrará en la Isla y que motivan la prodigiosa diversidad de paisajes, convirtiendo a la isla en un autentico mini continente con ecosistemas muy diferentes situados a muy poca distancia, se debe a:
- Su posición oceánica y latitudinal.
- El anticiclón de las Azores y la circulación de los vientos alisios, muy importantes en estas latitudes.
- La existencia de una corriente fría que atempera los rasgos climáticos de las áreas costeras.
- La influencia que ejerce la proximidad del Continente Africano.
- La orografía de la isla, con su gran elevación de las cumbres, hasta los 2426 metros en el Roque de Los Muchachos en una superficie insular de tan solo 704 km2.
En toda la franja costera, hasta los 200 metros de altitud la temperatura queda muy atenuada por el océano y con escasa oscilación térmica anual y diurna, superada esta altura, la temperatura desciende. En toda la vertiente noreste, desde Mazo hasta Barlovento, el clima es más suave y fresco. En el oeste, desde Fuencaliente hasta parte de Garafía es más seco y caluroso. Por encima de los 500 metros las temperaturas son más variables. Y al superar los 2000 metros podemos encontrar nieve durante el invierno. Las lluvias son más frecuentes que en otras islas Canarias y los vientos suelen ser generalmente suaves la mayor parte del año.